Ese rincón de nuestros sueños..
No sé decir cómo llegamos a ese punto, pero estaba siendo el momento más delicioso de mi vida.
Abrí los ojos un instante y tus ojos de un raro color que no alcancé a adivinar pero que me embelesaba.. estaban clavados en los míos.
Tus labios, aterciopelados, rosados, húmedos y al tiempo calientes.. abrazaban los míos sin poder ni querer resistirme a ellos. Acto que daba
lugar a una lucha sin trégua con lenguas de fuego. Los piercings de nuestras lenguas hacían música al acaricarse uno con el otro. Dios..
Recuerdo que no quise que terminara núnca.
Y tanto me lo propuse.. que en el momento que nos separamos unos milímetros para tomar aire.. te dige : No deges de besarme, por favor!
Y sujetándote fuerte con ambas manos de la cintura, apreté tu cuerpo al mío, no dejando espacio alguno entre ellos, fundiéndolos en uno solo.
Deslicé una de mis manos por tu espalda, acia arriba, yendo a parar a tu nuca, bajo tu cabello. Esa melena larga que adornaba a un lado de
tu sensual cuallo. Tanta fue la tentación al verlo, que ladeé tu cabeza y mi lengua pasó ha hacer un lento camino de tu boca pasando tu
hombro hasta llegar a tu cuello, haciéndote notar en un instante el contraste entre la humedad de mi lengua y el calor de mi aliento.
Mmmmm... que rico fue ese gemido que aun nosé si a drede o por descontrol, salió de entre tus labios.
Me mantuve unos segundos más en esa zona a la que ya, estaba haciéndome adicto.
Pero extrañaba tus labios y volví a ellos. Mis manos.. inquietas, recorrían ya con menos reparo tu cuerpo y..
Y sólo tu memoria y la mía saben lo que sucedió después.
Te espero esta noche.. en ese rincón de nuestros sueños,
donde te espero cada noche.