Carta de Amor Eterno

30.11.2012 02:44

 

 

A mi ángel Eneritz en confesión de un inmenso amor por ti.

Ésta es la primera vez que escribo una carta de amor, y la primera vez leerás lo que siento por ti. Y digo bien, carta de amor, porque pese a ser la primera vez que lo siento… es un hormigueo claro y constante el que me invade el cuerpo al pensar en ti.

Cada amanecer despierto recordándote porque al abrir los ojos el Sol me ciega. Ese mismo Sol que te doró esa larga melena rubia con un brillo especial... esa ceguera que eclipsa mis sentidos cuando tú, estás cerca.

Aun recuerdo aquella primera vez que te vi, Jamás podré olvidarla. Fue en un certamen de belleza
(21-12-2008), yo esperaba en la cola de la entrada a la sala de actos cuando pasaste por mi lado. Vestías calzado negro y deportivo, unos vaqueros ajustados y una camiseta de manga corta también negra con un estampado blanco en el pecho. Tu brillante cabello suelto caía sobre tus hombros y tu sonrisa… tu sonrisa era tan hermosa que no se puede describir sino con la palabra Perfección.!!
Aquella tarde transcurrió rápida, tan solo presté atención en los momentos en que tú desfilabas, majestuosa… radiante.!!
Por algún motivo que aun hoy no entiendo, aquel día no ganaste la corona, pero qué importaba eso… habías ganado mi corazón, mis sentidos y mis ganas.
En un breve instante, te vi salir de la gran sala a paso rápido y desganado, ya no lucías tu espléndida sonrisa pero no era necesario. Yo… ya sabía que eras un ángel y ese brillo estaría siempre contigo.

Pasaron unos cuantos días, un par de semanas incluso y tan solo tú, ocupabas mi mente. No tenía forma alguna de ponerme en contacto contigo, lo cual era muy frustrante, tenía tantas cosas que quería decirte… pero todo aquello no disminuía mis sentimientos.

De repente… un día… mi desahogo en una web social “ www.kaixoeuskadi.com” , organizaba un concurso de cartas de amor. No me lo pensé dos veces y escribí mi carta, te la escribí a ti… incluso a sabiendas que no la leerías jamás. Eso me mataba…
Pero el día marcado como fin del concurso, unas horas antes que la web publicara el nombre del ganador/a, recibí la mejor llamada de telf. de mi vida. Una voz dulce, celestial diría yo… dijo ser
Eneritz P. (Si… eras tú, mi ángel… mi Diosa… mi musa) y me dijiste que un organizador de la web resultaba ser amigo tuyo y te había reconocido en mis descripciones. Que te había facilitado la carta y que jamás habías leído algo tan hermoso. Que era el ganador del concurso y que el premio consistía en una romántica cena para dos personas en un gran restaurante.
No tardé ni dos segundos en pedirte por favor que aceptaras venir conmigo a aquella cena, y accediste tan tímida como gustosa. Entre nervios y excitación, pude oír cómo me dabas las gracias y te despedías con un: -Allí nos vemos Alberto, un besito.
Mi corazón quería salirse del pecho, no podía casi mantenerme en pie, pero ahí estaba. Esperando junto a la puerta del restaurante. Llevaba unos zapatos negros, un pantalón liso de lino negro y una americana modernita a juego, que cubría una camisa entalladita de manga larga con unos bonitos estampados negros .En la mano… una rosa blanca. Miré el reloj, aun era pronto pero al levantar la mirada, ahí estabas tú… QUÉ MOMENTO!!!
Calzabas unos zapatos negros de tacón fino que se abrochaban sobre el tobillo y con algo de brillantes. Un vestido negro de raso que se adhería a cada centímetro de las vertiginosas curvas de tu figura. Terminaba en pico justo por encima de tu rodilla derecha, lo cual daba a tus piernas una sensación de no tener fin. Generoso escote tipo Palabra De Honor y una espalda descubierta que hacía mis delicias pero que cubrías cuidadosamente con una torerita de pelo negro. Lucías un espléndido recogido en tu melena y unos pendientes con piedras verdes que resaltaban el color de tus enormes ojos como resalta el verde de la selva en un paisaje. Entramos de la mano tras presentarnos y darte la flor que con sorpresa y agrado recogiste. Jamás olvidaré cómo todos los hombres se giraron para mirarte estupefactos y después mirarme a mi, envidiosos.
La cena transcurrió liviana, risas… miradas… mucha complicidad… Todo tan natural y fluido que parecíamos creados el uno para el otro. Esa velada tocó a su fin con el primer beso, lo recuerdo mágico, cargado de electricidad y pasión, perfecto…!!!
Varias citas más siguieron a aquella y nos convertimos en dos personas locamente enamoradas.

Han pasado ya cuarenta y seis años de todo aquello, y lo recuerdo como el primer día. Muchas cosas han cambiado en nuestras vidas. Nuestros hijos Haizea y Diego, nuestros nietos Shelley, Ares y Nerea… nuestra perrita Zuri y la casa que al poco de salir juntos, compramos.
Lo que no ha cambiado es la ilusión de mi vida… sigues siendo TÚ, mi ángel… mi Diosa… mi musa!, sigues alegrando mis días y aliviando mis noches con tus besos y caricias.

En el día de hoy, nuestro cuarenta aniversario, quiero decirte que TE QUIERO CON LOCURA y que no sólo me enamoré desde el momento en que te vi, sino que me enamoras más y más cada día y a cada instante. Que lo has sido, eres y serás todo para mí. En este día tan especial quiero demostrarte que en realidad… nada ha cambiado, sigues teniendo mi corazón, mis sentidos y mis ganas.!!!

Te querré eternamente Eneritz…

 

P.D: Te espero a la misma hora en aquel restaurante mi ángel.

Alberto.R.